Investigación. Premio Nobel de Física 2017.

Al igual que con el Premio Nobel de Química y con el Premio Nobel de Economía, es la Real Academia Sueca de las Ciencias la encargada de designar los correspondientes Premios Nobel de Física entre los candidatos recomendados por el Comité Nobel de Física. Este Comité, encargado de hacer la criba final de candidatos se compone de 5 miembros según los Estatutos de la Fundación Nobel, pero en la práctica incluye otros miembros adjuntos que tienen el mismo derecho de voto que el resto de miembros.

En septiembre de cada año el Comité Nobel de Física envía invitaciones confidenciales a personas cualificadas en el ámbito de las Ciencias Físicas, para que propongan nombres de candidatos para el Premio Nobel de Física. Estas personas cualificadas no pueden votarse a sí mismos. Entre estas personas cualificadas se encuentran anteriores galardonados con el Premio Nobel de Física, miembros de la Real Academia Sueca de las Ciencias, o profesores universitarios en la rama de Físicas de los países escandinavos. Las propuestas de las personas cualificadas deben ser enviadas al Comité Nobel de Física antes del 31 de enero del año siguiente. El Comité durante el mes de febrero examinará los nombres propuestos: cada año se suelen recibir del orden de 250 a 350 nombres de candidatos propuestos a los Premios Nobel de Física. 

Entre los meses de marzo y mayo el Comité Nobel de Física consulta con diferentes expertos los nombres de estos candidatos preliminares. El Comité Nobel de Física realizará un informe recabando todos los antecedentes y lo remitirá a la Real Academia Sueca de las Ciencias en el mes de septiembre. A principios de octubre la Academia designará, por mayoría simple de sus miembros, a los ganadores del Premio Nobel de Física. Esta decisión es inapelable y se comunica de forma inmediata en todos los medios disponibles. 

Cualquier información relativa a los nominados al Premio Nobel de Física ha de permanecer secreta durante 50 años. Esta restricción afecta a todas las personas que han intervenido en el proceso de nominación y selección.

Los científicos estadounidenses del LIGO Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne se han llevado el Premio Nobel de Física 2017 por el descubrimiento de las ondas gravitacionales. Las ondas tienen su origen en las colisiones de dos agujeros negros. La ciencia ha tardado 1.300 millones de años en descubrirlas. Ello ha sido posible con ayuda del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO, por sus siglas en inglés).

El 11 de febrero de 2016, los científicos del LIGO confirmaron por primera vez la existencia de las ondas gravitacionales (GW150914) en el espacio-tiempo producidas por la colisión de dos agujeros negros, uno de 36 veces, y el otro 29 veces más grandes que el Sol, a una distancia de más mil millones de años luz de la Tierra.

Albert Einstein fue el primero en predecir la existencia de estas señales, pero estaba convencido de que nadie podría detectarlas. Su Teoría General de la Relatividad implicaba que algunos de los cuerpos más violentos del universo —como los agujeros negros— liberan energía en forma de ondas gravitacionales que se expanden por el espacio-tiempo a la velocidad de la luz deformándolo como hace una piedra al caer en un estanque. Estos cuerpos están tan lejos que, al llegar a la Tierra, sus ondas son tan débiles que no había tecnología capaz de captarlas, aseguró Einstein.

Un siglo después, el 14 de septiembre de 2015, los detectores de LIGO captaron la primera señal de una onda gravitacional, tras un trabajo que había comenzado cinco décadas antes. La produjo el choque de dos agujeros negros decenas de veces más masivos que el Sol. Su onda expansiva había viajado por el universo durante 1.300 millones de años hasta ser captada.

Hasta el momento, LIGO ha registrado cuatro señales de ondas gravitacionales procedentes de otras tantas fusiones de agujeros negros. La última la ocasionaron dos cuerpos de unas 30 veces la masa del Sol. Fue la primera captada tanto por LIGO como su homólogo europeo, Virgo, dentro del actual proyecto de colaboración internacional en el que participan los tres premiados.

Estas señales desde los confines del cosmos abren una nueva era en la exploración del universo. Por primera vez no se basan en la observación de luz y partículas en todas sus variantes, sino en minúsculas deformaciones del espacio-tiempo, el material del que está hecho el universo, que pueden desvelar las propiedades de cuerpos invisibles para los telescopios convencionales. Se espera que detectores como LIGO sean capaces de detectar también ondas causadas por estrellas de neutrones, púlsares y otros cuerpos. “Es algo completamente nuevo y diferente, que nos abre la puerta a nuevos mundos jamás observados”, ha destacado la academia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Proceso de Comunicación en Teléfonos Celulares. Investigación.

Investigación. Frecuencias de Canales de TV, Celulares, Radio y Servicios de Emergencia.

Antena Parabólica. Investigación y Diseño.